Ejercicio Creación Literaria. El dragón

 Luxon era un tranquilo pueblo con pantano donde, según la leyenda local, había vivido un dragón.

Cuando Iván entró en el aula y Sela vio por primera vez sus ojos verdes notó algo en el estómago y no fue asco. Su manera de moverse era sensual, casi animal y su olor… tierra mojada antes de la inminente lluvia. Sela miró a Tom, su novio, el animal de Tom era más primitivo.


Se había visto una bestia en el pantano. Los más imaginativos ya hablaban del regreso del dragón.


Iván, el nuevo, se había integrado en el grupo de Sela y Tom, aunque este no acababa de tragarle.


Un sábado los amigos estaban en el bosque. Mientras Tom y algunos chicos hostigaban a una culebra, Iván se sinceraba con Sela y hablaba de la relación que tenía con su madre, ella era un bicho raro y no se entendían.


Tom soltó un alarido, la inofensiva culebra no era tal y le había dado un merecido mordisco. El brazo de Tom comenzó a hincharse. Iván acercó el colgante que llevaba en forma de escama a la mordedura. Sela sabía que ese colgante lo había hecho el padre de Iván el año en que conoció a su madre. El veneno salió del brazo como si la escama fuera un imán.


Ya repuesto, Tom observó cómo Sela miraba a Iván, enfurecido le dio un puñetazo a este tirándole al suelo. Aunque Tom le provocaba, Iván se acariciaba el colgante, su mirada azul era fría como el hielo, pero no se revolvió.


Sela estaba obsesionada, Iván ocultaba algo ¿Sería posible…? No, no podía ser, pero todo encajaba, su manera de moverse, su olor, el colgante, sus ojos.


Sela siguió a Iván hasta el pantano. Alguien discutía. Sela logró oír como Iván decía “¡Jamás seré como tú!“ y al dragón contestar “Eso aún no lo sabes, hijo”

Efectivamente había un dragón pero no era Iván, era su madre.


Universo de los Carnitivos y los Herboluros. De cuando Ubantu encontró al amor de su vida.

 Este relato lo hemos tenido que construir entre dos, mi compañero Jaime Gutiérrez de Calderón escribió la primera parte y yo la segunda. Por supuesto, tuvimos restricción en el número de palabras.


La densa niebla de la mañana comenzaba a desaparecer y sobre el horizonte tomaban forma las huestes de los Carnitivos. Habían pasado dos semanas desde que se había producido el rapto de Geniuru el anciano visionario que había conseguido, a través de sus inventos, establecer un frágil equilibrio de fuerzas entre su pueblo, los Herboluros y sus, antes, opresores vecinos.

El rey Urulu había llamado a las armas a todo su pueblo con la intención de recuperar al sabio consciente de que su simple desaparición era un drama, pero su inteligencia, puesta al servicio de los Carnitivos, les devolvería al estado de sumisión anterior.

A la llamada del rey, había respondido Ubantu con su unidad montada de triceratops. 

La tensión en la formación era cada vez mayor conscientes de que en cualquier momento se produciría la señal acordada para iniciar la carga y finalmente sonó el cuerno de Urulu y los heraldos agitaron los pendones.

Ubantu hincó sus espuelas en Atôm, su fiel montura, e inicio la marcha de su sección, al principio despacio, no es fácil desplazar toda la masa de un triceratops, pero al poco tiempo ya habían alcanzado la velocidad de carga que, con la inercia y sus potentes defensas, constituían una unidad esencial para abrir hueco en las líneas enemigas.

A los pocos minutos de chocar ambos ejércitos, las ordenadas formaciones iniciales se habían convertido en un amasijo de seres que luchaban por su vida en aras de un fin mayor. 

Ubantu estaba sorprendido por la facilidad con la que había traspasado las líneas enemigas y al girar su montura se dio cuenta de la razón. El ejercito carnitivo había centrado su objetivo en desmontar a Urulu de su enorme diplodocus y habían rodeado su unidad. Si el líder caía los herboluros no ofrecerían más resistencia. No podía permitirlo, así que inmediatamente dispuso a su unidad en punta y cargaron sobre los enemigos que estaban hostigando a Urulu y su guardia.

Parecía que la contienda se empezaba a decantar a favor de los herboluros cuando un escuadrón de pterodáctilos cargados con piedras cubrió el cielo sobre ellos. El efecto bombardeo al dejar caer las piedras causó estragos en las filas herbularias, hasta que las grandes ballestas y catapultas consiguieron dispersarlos. Todavía en su huída uno de los pterodáctilos dejo caer su contundente carga sobre la unidad montada de Urulu y la piedra, tras rebotar en el suelo, golpeó a Ubantu en la cabeza dejándole inconsciente a los pies de Atôm que desde ese momento dedicó todos sus esfuerzos a defender a su jinete y amigo de las embestidas y ataques que, en medio del fragor de la batalla, se sucedieron hasta que las tropas se disolvieron dejando un campo de batalla lleno de muertos y moribundos lamentos.

Cuando se despertó, el dinosaurio todavía estaba allí

Era noche cerrada, Ubantu se dio cuenta que había sobrevivido gracias a la protección de Atôm. Éste tenía algunas heridas y flechas clavadas, pero nada serio para un triceratops.


Notó una presencia a su espalda, se dio la vuelta justo a tiempo de ver cómo un tigre diente de sable se abalanzaba sobre él, lo esquivó con agilidad, pero el felino no estaba sólo. De un vistazo logró contar al menos otros tres.


Atôm se incorporó y los embistió, no estaban muertos, pero tardarían un momento en volver a la carga. El dinosaurio distrajo al primer tigre, el que parecía el líder, mientras Ubantu recuperaba su espada. 


Los otros tres depredadores, ya repuestos, atacaron a Atôm. Éste se giró a la vez que el macho alfa centró su atención en Ubantu que estaba descargando su espada sobre él. Demasiado tarde, el felino le dio un zarpazo y la espada saltó de sus manos. Ubantu miró al tigre a los ojos y vio cómo Atôm lo lanzaba por los aires en un vuelo incompatible con la vida. 


Era la segunda vez que Atôm le salvaba la vida aquel día. Se giraron hacia el resto de la manada que, al ver cómo había muerto su líder, emprendieron la huida.


Ubantu y Atôm les siguieron hasta Mauron, la fortaleza inexpugnable de los Carnitivos.


En un instante los tigres se volatilizaron. Ubantu al principio no se lo explicó, pero pronto se dio cuenta de que, en un recodo del muro, las piedras en conjunto con una hábil pintura creaban un efecto óptico que ocultaba un acceso.


El triceratops se quedó esperando mimetizado con hojas y tierra.


Cuando Ubantu se vio dentro, un sinfín de recuerdos se agolparon en su cabeza. Pocos sabían sobre su niñez y huida de Mauron pero gracias a esas dolorosas imágenes sabía cuál era el único lugar donde podían tener a Geniuru.


El sabio se alegró de verle, aunque no por las razones que él esperaba. En una mesa yacía una joven dama. Geniuru le urgió a salir de Mauron, necesitaba con premura una hierba fundamental para la pócima que le salvaría la vida.


Un triceratops con dos jinetes en su lomo corría veloz cortando la espesa niebla de la mañana.


Los ánimos entre los herboluros eran lúgubres. La batalla se había saldado con muchas bajas a este lado de la línea y los Carnitivos mantenían a Geniuru en su poder.


Tras la sorpresa inicial, los recién llegados al campamento recibieron una cálida bienvenida y el ambiente de fiesta no se hizo esperar. ¡Geniuru había sido liberado!


Satisfecho, el rey Uluru ordenó recoger. Saldrían de inmediato hacia su hogar, Safire.


Escrito rechazado por Publisuites "Beneficios de hacer la cama"

 Envié una solicitud para ser redactora en esta web y me pidieron un texto con este título.

Me lo rechazaron porque tiene faltas de ortografía. Curioso cuando menos.

"Beneficios de hacer la cama"

¡Niña, haz la cama!


Todas las mañanas mi madre me daba la tabarra con “Haz la cama”, “no salgas de casa sin haber hecho la cama”, “¿Todavía no has hecho tu cama?”.


Para mí era un verdadero suplicio. Tenía la cama pegada a dos paredes y con las sábanas y las mil mantas (soy muy friolera) tardaba un buen rato en hacerla. No le veía ninguna utilidad. Esa misma noche la iba a volver a deshacer.


No entendía la obsesión de mi madre por la cama. 


Como dice la canción de Mecano “me cuesta un rato hacer cosas sin querer” el caso es que si podía me escaqueaba y mi madre ya no sabía qué hacer conmigo.


Ahora que peino canas y he aprendido un poquito sobre cómo funciona nuestra mente, la cosa ha cambiado sustancialmente.


No tengo claro que mi madre realmente me persiguiera porque sabía la importancia de la tarea en sí o sencillamente estaba manteniendo la tradición aprendida de su propia madre.


Beneficios de hacer la cama


El caso es que, además de la parte higiénica, hay un factor importante por el que nos beneficia hacer la cama por las mañanas.


De hecho, hay varios.


Hábitos


Por un lado nos encontramos con los beneficios de las hábitos.


Las rutinas para nuestro cerebro significan descanso. Son como gritar “CASA” cuando jugabas al pilla pilla. 


Ayuda a nuestra mente a organizarnos. Saber qué toca hacer ahora, nos ordena la mente y nos reconforta.


Entorno


Y por otro lado, está el entorno. Marie Kondo lo tiene claro, y la filosofía Feng Shui no se cansa de repetirlo. Lo que tenemos a nuestro alrededor, nuestro entorno nos afecta al ánimo y nos informa de cómo está estructurada nuestra cabeza. Y es recíproco. 


Es decir, si nuestro lugar de trabajo es un caos, a lo mejor nosotros encontramos las cosas en ese desorden pero ten por seguro que tu cabeza se encuentra en situación de caos también.


Si nuestra intención es tener las ideas claras, ordenadas y sentir sosiego, un entorno ordenado será nuestro mejor aliado. Y una buena recompensa cuando vuelves para acostarte.


Logro


Pero es que además hay un tercer factor. El cumplimiento de tareas que se van realizando a lo largo del día.


Esto es, por las mañanas, o el día anterior organizamos nuestras tareas, una lista con lo que tenemos que hacer.


Ir tachando las que vamos realizando nos produce una profunda sensación de bienestar y nos motiva y da energía a seguir con las siguientes tareas.


Si haces la cama antes de salir de casa, ya habrás tachado la primera de tus tareas. Estarás más satisfecho y preparado para acometer las siguientes que el día te presente.



Conclusiones


Los factores a los que afecta hacer la cama por las mañanas son:


*Realizar rutinas y hábitos es bueno para tu mente

*El entorno nos afecta

*Cumplir tareas nos motiva y nos da energía en el día a día


He de reconocer que aún conociendo las ventajas de esta tarea, hacer la cama no comenzó a ser un hábito diario para mí hasta que no utilicé el edredón nórdico y desterré para siempre la combinación sábana-manta.


¿Haces la cama por las mañanas?¿Qué sientes cuando vuelves a casa y te recibe una cama hecha?¿Cómo te sientes cuando haces la cama?


La chica del lago, resultado final 330 palabras máximo

 Adell no se lo tomó mal pero el castigo de su madrastra había sido algo estricto y sólo por acusarla de casarse con su padre sin amor. Conseguiría liberarse de la prisión del lago a través del matrimonio pero antes debía superar una prueba de amor.


Pablo iba inmerso en sus pensamientos. Antes de su próximo cumpleaños en diez meses tendría que casarse o su derecho a heredar el trono pasaría a su hermano. Pablo tenía muchos planes para mejorar el reino pero lo peor era que su hermano subiera al trono. Era cruel y disfrutaba con el sufrimiento ajeno. Esa alternativa no era una opción.


Jinete y montura llegaron a un lago que Pablo no reconoció. La visión del agua cristalina le hipnotizó, desmontó y tocó el agua.


La imagen de Adell se reflejó en la superficie. Un vínculo más allá de los estados de la materia surgió entre ellos. Desde ese momento Pablo pasaba cada minuto que podía con ella y a ella dejaron de parecerle eternos los días.


Cuando Pablo decidió terminar con aquél castigo Adell se negó en rotundo. La prueba de amor que tendrían que superar pondría en peligro su vida y ella no podría soportarlo. Sin embargo,  ambos sabían que seguir así tampoco era solución.


Por fin Adell accedió. Pablo intercambió su lugar en el lago, eso era lo primero. Adell zarpó inmediatamente en busca del único objeto que sería capaz de quebrar el hielo que iría cubriendo el lago cada día que ella estuviera fuera del mismo.


Cuando llegó al lugar indicado el hacha había sido robada. Adell no sabía qué hacer ni dónde buscar pero el espíritu del agua dulce que había sido testigo de todo le susurró a Adell a través de la lluvia cómo encontrar el hacha.


Pablo estaba casi al borde de la muerte. Adell con una fuerza sobrehumana consiguió romper el hielo.


Se abrazaron y se dijeron “Me has librado de mi encantamiento y mañana me casaré contigo”

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