Molaría que todos regalásemos libros

 




¿Sientes que eres una gota en el océano? ¿Que tus decisiones no tienen impacto? ¿Que los actos de una persona no significan nada porque se pierden entre los de tanta gente?

 

Te equivocas.

 

TODAS tus decisiones cuentan, incluso cuando no tomas una decisión estás decidiendo. Tus decisiones son votos. Todo el mundo está pendiente de tus votos. Desde los políticos, hasta los medios de comunicación, pasando por las tiendas, los bancos y tus compañeros de trabajo, pero sobre todo internet y las redes sociales te observan: qué te gusta, a qué dedicas más tiempo, a qué prestas atención. Te analizan para saber de ti, para mantenerte enganchada.

 

Te quieren, eres importante, eres su energía.

 

Tus decisiones hablan de ti, de quién eres, de tus gustos, de qué te emociona y qué te indigna.

 

Los regalos que haces también hablan de ti. ¿Qué quieres que estos digan? ¿Que estás de acuerdo con mostrar a las mujeres como reclamo publicitario? ¿Que te sumas a la tendencia sin pensar las consecuencias solo porque está de moda? 

 

O prefieres que tus regalos muestren que te paras a pensar, que invitas a recapacitar y a reflexionar, que no te dejas llevar por lo que otros dicen.

 

Sé que eliges tomar tus propias decisiones y averiguar por ti misma qué te gusta y que no. Tú ya estás de vuelta y has dejado de creer en todo lo que te dicen. Las mujeres ya no son tus rivales sino tu apoyo. Has aprendido a salirte de lo establecido, a buscar lo alternativo, lo que no se guía por las ventas, lo que te vibra a ti aunque otros opinen que está mal y que eso no es lo que se espera de ti.

 

¿Por qué se les está prohibiendo la educación a las mujeres afganas? ¿Cómo contrarrestar esa agresión? ¿Qué diría de ti que regalaras libros?

 

Mujeres, seamos más cultas, más instruidas, más preparadas ¿Cómo? Empecemos por leer, por leernos, por regalarnos.

 

Tus decisiones importan, lo que regalas también. Regala libertad. Regala libros.


Aquí tienes dos opciones:


Verano del 90 de Natalia Rosado


Libre de Mercedes Ruiz Ruiz



P.D.: La imagen es de Ylanite Koppers de Pedels

¿Podemos tachar a los grandes filósofos de machistas?

Imagen de morhamedufmg en Pixabay 

Ayer, investigando sobre feminismo y artículos feministas, me topé con uno (El artículo en cuestión) en el que se hablaba de que varios filósofos y pensadores actuales criticaban que en los libros de texto se etiquetara a filósofos como Platón y Aristóteles como machistas por sus opiniones sobre las mujeres. Alegaban que estos grandes filósofos pensaban así porque era otra época y todo el mundo tenía esa opinión sobre las mujeres.

Antes de Pitágoras todo el mundo pensaba que la tierra era plana y estaban completamente equivocados, 🌍 todo el mundo.

¿Cuál es el problema de que aquellos pensadores y teóricos estuvieran equivocados? Que cabe la posibilidad de que pierdan credibilidad. Si estaban equivocados en algunas de sus creencias, es posible que estuvieran equivocados en otros pensamientos y reflexiones. Creencias y teorías sobre las que hemos construido nuevas teorías y creencias y que nos han traído al pensamiento actual.

¿Y si las bases sobre las que se sostiene el pensamiento actual no fueran tan sólidas? ¿Y si las teorías y creencias estuvieran asentadas sobre axiomas erróneos e injustos en su base? Todas las corrientes de pensamiento actual se tambalearían. Igual que se agrieta y resquebraja una casa que no tiene los cimientos bien asentados y firmes. 

Continuando con el ejemplo de la casa. Si revisando los cimientos con una perspectiva distinta con la que se pensaron, diseñaron y realizaron esos pilares se descubre que hay una parte de ellos que no está bien hecha y no se sostiene, alegar que la época en la que se realizó esa parte de la obra todas las casas se hacían así y que no se pueden juzgar con criterios de hoy lo que se pensaba y creía en el pasado lo único a lo que nos lleva es a vivir en una casa que corre el peligro de derrumbarse.

¿Estoy diciendo que hay que tirar toda la casa y desechar lo bueno que puede tener la edificación? No. Estoy diciendo que hay partes de los cimientos que son firmes y sobre las que se puede construir y parte de los cimientos que hay que sanear, limpiar y sustituir lo que no es válido, lo que hoy sabemos que no está bien hecho, restaurar lo antiguo y reconstruir de manera armónica unos cimientos que sostengan firmemente la casa.

Esto se traduciría, en el caso de los filósofos, a admitir que su visión ante ciertos temas era sesgada y errónea.

Comprendo que afirmaciones de este calibre pueden llevar a desestabilizar, mientras se realizan las obras de reestructuración, a que la casa se sienta más débil e incluso a que los habitantes no se sientan seguros viviendo en ella. Estos inconvenientes son necesarios para que a largo plazo la casa sea perfectamente estable, firme, sólida y lo más importante de todo, habitable.

⚠🚨🚧 ESTAMOS REALIZANDO OBRAS PARA MEJORAR LA HABITABILIDAD DE SU HOGAR, DISCULPEN LAS MOLESTIAS ⚠🚨🚧

Y te preguntarás: Bueno y todo esto a qué viene ¿Por qué te interesa ahora el machismo de los antiguos filósofos?

Todo esto viene a colación porque he recibido una crítica sobre mi libro "Libre" en la que se me acusa de que juzgo el comportamiento de personas en otra época en base a criterios actuales.

Mi opinión es que no juzgo pero sí pongo de manifiesto ciertos comportamientos que estaban normalizados y no debería ser así.

Es importante para las mujeres que seamos conscientes de qué se nos ha contado y cómo eso nos ha afectado y nos sigue afectando.

Para ser libres es necesario tener información, ser conscientes.

¿Quieres saber qué he puesto en mi libro para recibir esa opinión?

Compra "Libre"

Y tú ¿Qué opinas?

Por qué escribí mi libro "Libre", por qué hago lo que hago

 


Lo importante de mi proyecto no es este libro, ni el anterior, ni el siguiente. Lo importante de todo esto y de que yo esté aquí es “por qué”.

 

Porqué he escrito este libro, porqué me ha dado por escribir, porqué me creé una marca de bolsos, porqué dejé mi trabajo fijo por cuenta ajena. Tranquilos no os voy a contar mi vida, bueno, sí, un poquito.

 

Hay una razón muy sencilla porque NO ENCAJO. No soy un ladrillo pulido y con aristas definidas que encaja perfectamente en la pared de ladrillos iguales todos perfectamente lisos y alineados.

 

Decía Rosa Luxemburgo que quien no se mueve no nota las cadenas. Yo no sé si me moví o no, pero desde luego las notaba y me apretaban, me asfixiaban, se cerraban siniestramente alrededor de mis muñecas, mis tobillos y mi cerebro. Tanto era así que se hizo insoportable, algo se rompió.

 

Todos los argumentos que me habían mantenido hasta aquel momento haciendo lo que hacía dejaron de servir. La presa había estallado, la rueda de ratón descarriló, se salió del eje.

 

Ya no iba a seguir las pautas de otros, ya no iba a seguir de manera sumisa sus mandatos. Había llegado el momento de liberar mi voz. Primero un susurro, después un poco más alto y después tan alto como para poder imprimirse y publicarse y darse a conocer al mundo entero.

 

Este libro que tengo entre mis manos es mi voz, desde mis entrañas gritando que por fin es libre.

 

Y por eso he tardado ocho meses en escribirlo, por eso he tenido que tirar más de cien páginas porque no eran fieles a mí. Por eso indagué e investigué sobre la guerra civil, sobre mis abuelos, su relación. Esto es un trabajo exhaustivo tanto externamente como internamente. Por eso he cambiado el final más de diez veces.

 

Puede que guste o que no, que se venda o que no, pero lo hice porque no creo en el sistema establecido. Este libro existe porque necesito ser libre y porque pienso que no nos lo permiten. No pienses, no opines, no rechistes, obedece.

 

Este libro es mi llamada a la rebeldía, a la sublevación, a poner tus normas, a poner por delante tus creencias, tu instinto.

 

Y ¿Cuál es la manera más democrática de llegar a todo el mundo? Internet, las redes sociales. Son un altavoz. Si mi libro inspirara a una sola mujer en el mundo ya habría cumplido su objetivo. Si consiguiera emocionar, ponerse en el lugar de Mary. Ya habría cumplido su papel.

 

Este libro ya ha cumplido su misión conmigo. ¿Cumplirá su misión contigo?




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